Organizaciones como la Coalición de Comunidades Fronterizas rechazan la versión de la administración del presidente Donald Trump acerca de una crisis de seguridad y humanitaria que amerita un cierre de la frontera.

Vicky Gaubeca, directora ejecutiva de esa coalición que representa a más de 15 millones de estadounidenses fronterizos, dijo que “las tasas de aprehensión de la patrulla fronteriza en la frontera permanecen en mínimos históricos”.

En el 2017 las cifras de detenciones de la patrulla fronteriza alcanzaron niveles iguales a los de 1971, casi medio siglo antes, cuando había solo una fracción de los agentes que vigilan ahora la frontera. En los últimos dos años las cifras no han cambiado notablemente.

“De hecho, la mayoría de las personas que buscan ingresar por nuestra frontera son familias y niños que huyen de situaciones de peligro y que ponen en riesgo su vida al buscar el asilo al que legalmente tienen el derecho”, dijo Gaubeca.

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), informa por escrito por su parte que los datos que presentan funcionarios del Departamento de Seguridad Interior (DHS) y de Auanas son incorrectos.

La mayoría de los migrantes que cruzan irregularmente la frontera “son familias vulnerables y niños que se entregan a oficiales de la patrulla fronteriza, como primer paso para poder buscar asilo”, confirmó la ACLU.

Indica que “estos niños y sus familias deben poder solicitar asilo en un puerto de entrada, pero las políticas de la actual administración se lo impiden” al obligarles a esperar indefinidamente en la frontera mexicana antes de pasar a entrevistas de migración.

“Las personas asustadas y vulnerables se ven obligadas a elegir entre esperar durante meses en condiciones peligrosas o cruzar la frontera entre las garitas y buscar agentes de la patrulla fronteriza a quien puedan entregarse”, agrega la ACLU.

La patrulla fronteriza por su parte divulgó una tabla estadística en la que indica que durante los últimos meses, luego de que llego la anterior caravana migrante, las cifras de detenciones oscilaban en 51 mil personas por mes, pero que a partir de enero pasado se dispararon.

Aunque la tabla se refiere aprehensiones, en realidad casi sin excepción son migrantes que buscan oficiales para entregarse, para rendirse; no son indocumentados que tratan de huir de la patrulla.

De acuerdo con esas estadísticas, en un día del mes de febrero se alcanzó la cifra más alta de detenciones (o rendiciones) en los últimos 10 años, con unas 3,700 personas, en su mayoría familias completas y menores sin compañía de adultos.

Pero por dar otros ejemplos comparativos: en el año 2000, cuando el número de oficiales de la patrulla era menos de la mitad de los actuales, cualquier día de ese año se detenía en promedio a 4,383 migrantes que sí eran indocumentados y que fueron arrestados al tratar de huir de los oficiales, no de entregarse como ahora.

En marzo del año 2000, por ejemplo, la patrulla detuvo a 220 mil personas, sin necesidad de encerrarles en espacios bardeados con tela de alambre como se ve ahora en fotografías.

Las anteriores son estadísticas de la propia patrulla fronteriza, pero en otras tablas, como la de la organización FactCheck, también se ve una disminución anual gradual hasta llegar a estas fechas sin que se registre un repunte