El Departamento de Justicia presentó más de un centenar de cargos federales basados en racismo al joven de 19 años que atacó armado una sinagoga en San Diego y quien ahora enfrenta potenciales sentencias de pena de muerte o cadena perpetua.

Entre los cargos figuran homicidio con agravantes y 53 intentos de asesinato con agravantes, racialmente motivados.

Los cargos incluyen el ataque armado en abril con un fusil automático R15 en la sinagoga del vecindario de Poway y un intento, un mes antes, de incendiar una mezquita en el contiguo vecindario de Escondido.

El rabino que, herido por un disparo en una mano, sobrevivió al ataque porque una amiga suya se interpuso a otros disparos, dijo que es necesario que las autoridades sienten un precedente.

“Es necesario aplicar la ley a fondo, para que quede claro que este tipo de actos no se van a tolerar en ninguna parte y de ninguna manera”, dijo el rabino Yisroel Goldstein.

Robert Brewer, procurador federal en San Diego dijo en conferencia que “no vamos a permitir agresiones en los centros ceremoniales donde los estadounidenses ejercen su derecho a tener creencias religiosas”.

Las autoridades acusaron al atacante, John Earnest, de 19 años, de cometer los ataques como delitos de odio, es decir, cargos federales separados con base en violencia por diferencias o intolerancia raciales, étnicas y religiosas.

Las autoridades federales presentaron a Earnest en total 109 cargos.

Los documentos en la corte indican 54 cargos por uso de arma de fuego para obstrucción del libre ejercicio de creencias religiosas, con resultados de muerte, lesiones corporales e intentos de matar.

También un total de 54 cargos por delitos de odio derivados de los disparos ejecutados en la sinagoga.

Además, un cargo federal por daños materiales religiosos con empleo delictivo de fuego, por tratar de quemar la mezquita.

Todos estos cargos federales son separados a los que una corte estatal le presentó la semana anterior al mismo joven.

En la corte estatal se le acusa de homicidio, intento de homicidio y también por tratar de destruir la mezquita.

Tanto en una como en otra corte enfrentaría la cadena perpetua, pero en el tribunal federal se agrega la pena de muerte por agravantes.

Earnest entró el 27 de abril a la sinagoga con un R15 y un chaleco antibalas y comenzó a disparar. El rabino Goldstein trató de apaciguarlo y el joven le disparó en la mano. Iba a matar al rabino cuando una mujer de 60 años, Lori Kaye, se interpuso y ella recibió el disparo, más tarde murió.

En el atentado también resultaron heridos un hombre y una niña.

El fusil de asalto se atascó a Earnest y un veterano de guerra que estaba en la sinagoga consiguió neutralizarlo.

El joven enfrenta cargos por los proyectiles que no pudo disparar, involuntariamente, porque el arma se atascó, pero que planeaba usar contras otras víctimas.

Poco antes del atentado, Earnest había dicho en redes sociales que se sacrificaba por su gente, en relación con los anglosajones.

Los padres del atacante dijeron en una carta abierta sentirse sorprendidos por la actitud de su hijo, quien recibió la misma educación con base cristiana que sus hermanos.

Los motivos raciales del joven fueron claros en su proclama en redes sociales, en la que dijo que actuaba defendiendo a la raza blanca.