Aunque fue desde agosto del año 2012 cuando se aprobó la Ley SB 993 que autoriza que las escuelas públicas de nivel básico en el estado de California incluyan la historia de los braceros en sus planes de estudio, será apenas hasta el Ciclo Escolar 2014-15 cuando tal medida entrará en vigor, y se consolidará el que podemos considerar un triunfo más de los ex braceros, mismos que desde 1998 hasta la actualidad se movilizan para recuperar un dinero que se les adeuda.

Los braceros mexicanos llegaron a trabajar a Estados Unidos durante los convenios de braceros activos desde 1942 hasta 1964. El también conocido Programa Bracero se empezó a desarrollar a la par de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, fue la existencia de este conflicto, la entrada de Estados Unidos a la guerra, y por otro lado la escasez de mano de obra en su sector agrícola, lo que cristalizó la posibilidad de inmigración de estos mexicanos. En los veintidós años de duración de los convenios, durante la guerra y después de ella, poco más de 4.5 millones de personas llegaron a trabajar a este país, siendo el estado de California -por su pujante economía agrícola al que mayormente arribaron los braceros.

En el año 2012, a más de cuatro décadas de este convenio binacional, se promulgó la Ley SB 993 con la que sin duda se le dará reconocimiento a la contribución de los migrantes mexicanos a la economía estadounidense durante las décadas del cuarenta, cincuenta, y los primeros años del sesenta. La Ley fue apoyada por el senador estatal Ken De León, Demócrata de Los Angeles, y firmada para su aprobación por el gobernador Jerry Brown el 28 de agosto de 2012; con lo que se decretó que los libros de texto de los niños y niñas de los grados del 7 al 12 en las escuelas públicas californianas, incluirían la historia de los braceros, y los jóvenes tendrían la oportunidad de aprender una parte de esta historia poco conocida hasta ahora. Sin embargo, hasta el día de hoy no entra en vigor según puntualizó el Departamento de Educación de California (CDE por sus siglas en inglés), debido a que el plan general que empezará a operar (y que incluye otras asignaturas) debe de estar alineado con las normas estatales comunes básicas. Además, aún se trabaja en la revisión de la historia de los braceros, tratando de incluir en el nuevo plan de estudios los elementos más representativos e importantes, que ayuden a que el alumno comprenda y valore la labor de estos migrantes.

Considerando que la Ley SB 993 exige planes de estudio donde se de cuenta del legado y el impacto socioeconómico del Programa Bracero sobre Estados Unidos, y específicamente sobre el sector agrícola y el ferroviario en el que mayormente trabajaron, desde que se conoció la noticia de que el senador De León apoyaba la Ley, decenas de ONGs californianas, universidades y otras organizaciones respaldaron la iniciativa. Así lo hizo tempranamente Armando Vázquez Ramos, presidente del Centro de Estudios California-México. Del mismo modo, el apoyo también lo hicieron extensivo el Instituto Cultura Mexicano en Los Angeles, la Unión Binacional de ex braceros 1942-1964, y poco más de veinte organizaciones. La opinión generalizada, es que esta legislación representa un hecho histórico para los ex braceros, pues sin duda, este grupo social de ancianos, tanto en México como en Estados Unidos, desde finales de los noventa han reivindicado su participación en el Programa Bracero, y con ello le han otorgado actualidad a este pasado migratorio.

Asimismo, el presente hecho representa un triunfo también para la comunidad México-estadounidense en este país, pues es importante tener en cuenta que muchos de estos braceros que llegaron a laborar entre 1942 y 1964, en su momento desertaron del contrato temporal de trabajo que ambos países les ofrecieron, o simplemente decidieron permanecer en estas tierras ilegalmente. Es decir, en la actualidad, muchas personas de ascendencia mexicana en California descienden de los braceros.

En resumen, dentro de poco la Ley SB 993 podrá ser considerada como una aportación significativa para la preservación de la memoria histórica de este colectivo en el estado de California. Mientras tanto en México, el lugar desde donde ellos emigraron, no sólo la educación básica esta lejos de incluir la historia de los braceros en sus asignaturas relacionadas con las ciencias sociales; sino que además, el problema más elemental, que es el cumplimiento de la Ley del Fideicomiso de Apoyo Social que otorga 38 mil pesos a cada bracero que trabajó desde 1942 hasta 1964 en Estados Unidos, aún está lejos de cumplirse de manera íntegra.